En el verano de 2021, los Países Bajos se sorprendieron con la noticia del asesinato del periodista holandés Peter R. de Vries. En un país que proclama salvaguardar la libertad de prensa, aparentemente los periodistas son tratados cada vez de forma más agresiva.
Intimidación, amenazas, asalto y ahora incluso asesinato. ¿Realmente son libres los periodistas hoy en día para escribir sus artículos y traernos las últimas noticias?
Las estadísticas de RSF (Reporters Sans Frontières) muestran que los criterios cualitativos, como el pluralismo, la independencia de los medios, el entorno mediático y la autocensura, el marco legislativo, la transparencia y la calidad de la infraestructura, no son suficientes para garantizar la libertad de prensa.
Los datos cuantitativos sobre abusos y actos de violencia contra periodistas demuestran que también en países con una democracia de alta intensidad y una prensa independiente se están imponiendo cada vez más restricciones periodísticas.
Para nuestro almuerzo de DBC en septiembre invitamos al periodista de la NRC, Koen Greven, para contarnos cómo él lidia con las amenazas y la violencia. ¿Como se siente como periodista a la hora de escribir sobre sus hallazgos y si considera que los periodistas están suficientemente protegidos?
Koen se mudó a Madrid en 2015 y desde entonces ha escrito principalmente sobre España, Portugal y Marruecos. Estos países ocupan los puestos 29, 9 y 136 en el último Índice Mundial de Libertad de Prensa y él sabe muy bien lo que significa el término Libertad para su gremio.
Koen es también el único periodista holandés nominado al premio True Story. Se han nominado un total de 39 artículos. Estaba previsto anunciar el ganador de este premio global de reportaje en septiembre de 2021 en el Festival internacional Reportagen en Berna. Desafortunadamente, debido a las continuas restricciones de COVID, la ceremonia y entrega de premios se ha pospuesto (nuevamente) hasta junio de 2022.
El DBC quiere enfatizar cuán extremadamente importante es la libertad de prensa. Es un derecho esencial y uno de los principios fundamentales de la democracia.